miércoles, 17 de marzo de 2010

Uruguay: perdonar represores

El ex guerrillero tupamaro y actual presidente uruguayo, José Mujica, se ha metido en menudo lío. Ni siquiera ha pasado un mes de su toma de posesión cuando ya ha planteado la posibilidad de emprender una política de reconciliación de los uruguayos con el pasado, lo que implica liberar a los ex dictadores Juan María Bordaberry; al general Gregorio Alvarez; al ex canciller Juan Carlos Blanco, y a varios militares y policías acusados de casos de desaparecidos.

De acuerdo con información tomada del diario La Nación, de Argentina, Mujica reunió ayer a los oficiales de las fuerzas armadas y les planteó la necesidad de salir "de la trampa del dolor" derivada de los hechos de violaciones de los derechos humanos de la última dictadura militar (1973-1985).

"No hay vencidos ni vencedores", dijo Mujica, en referencia a la lucha armada que protagonizaron ambas partes en las décadas de 1960 y 1970, cuando el actual presidente integraba el movimiento guerrillero tupamaro.

El mandatario uruguayo afirmó que "las fuerzas armadas de hoy no deben cargar con ninguna mochila del pasado ante su pueblo", pero que "esto no es cosa de decirlo, sino que hay que cultivarlo y hacerlo evidente a los sentimientos de la gente", que es "lo más difícil".

Las reacciones no se han hecho esperar, la central sindical uruguaya y otros militantes de izquierda salieron al cruce de las propuestas para liberar a militares presos por violaciones de los derechos humanos durante la última dictadura, y redoblaron la apuesta para eliminar una polémica ley que dio cierta protección a los agentes de la represión de aquella época, que fueron denunciados por esos casos.

Mujica ha dicho que prefiere "la verdad de lo ocurrido aquellos años" y los datos sobre desaparecidos a cambio de dejar libres a los militares presos. Reveló días atrás que la "idea" que se maneja como posible solución es la de dar potestad legal a los jueces para que dispongan la prisión domiciliaria de los detenidos.

En sus épocas de guerrillero, Mujica fue detenido cuatro veces. En la última ocasión, quedó en prisión entre 1972 y 1985, período en el que estuvo en varios cuarteles.

El 14 de marzo de 1985, dos semanas después de la restauración democrática, una ley de amnistía votada en las primeras sesiones de aquel Parlamento permitió que salieran los últimos presos del régimen militar.

La ley fue ratificada en un referéndum en 1989. Además, en octubre pasado, mediante el mecanismo de plebiscito, no se logró mayoría absoluta para incluir una enmienda constitucional que la considerara nula. Pese a la ley, fueron procesados y detenidos dos ex dictadores.

¿Hace bien o mal Mújica al emprender la política del perdón y la amnistía?, ¿qué dicen las víctimas y sus familiares de tal propósito?, ¿esto llevará efectivamente a la unidad nacional o a la polarización de los uruguayos?

Las respuestas no son fáciles. De hecho, la experiencia muestra que no hay una respuesta similar en cada país de América Latina, que ha manejado de manera diversa su reconciliación con el pasado y, en algunos casos, ésta ni siquiera se ha conseguido, como en México.

Tú, en el lugar de Mújica, ¿qué harías?

Nada de Melissa y Nazareth

El martes subimos a este blog el caso de las niñas Melissa y Nazareth González Navarro, que desaparecieran el viernes pasado en Iztapalapa, en circunstancias muy extrañas.

Ayer, en plática con sus familiares, nos refieren que no ha habido avance alguno en el tema.

A seguir insistiendo en su liberación.

1 comentario:

  1. Estimado Alejandro : He vivido la experiencia en carne propia de estar sometido a las delicias que las fuerzas represivas dan a quienes queríamos en las épocas de los 60/0, como los Tupamaros -con quienes colaboré- en Uruguay y otros en Argentina, Chile y Brasil.Y sabes estoy de acuerdo con la propuesta de Mujica, el pide los datos de los desaparecidos a cambio de la libertad y terminar la cuestión del dolor. Es una muy buena propuesta pues , ¡cuidado! en Uruguay y en Argentina el tema del dolor lo está tomando la derecha para decir que somos el imperio de la venganza que no queremos olvidar.Un saludo

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