miércoles, 24 de junio de 2015

Guerrilla colombiana derribó un helicóptero

El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, advirtió ayer que toda la responsabilidad de la muerte de cuatro militares durante el aterrizaje de un helicóptero del Ejército en un campo minado en el noroeste del país es de los grupos guerrilleros, sin precisar la autoría del hecho.

Santos se refirió al incidente, ocurrido ayer en una zona selvática del municipio de Teorama, en el departamento de Norte de Santander, donde murieron un oficial y tres soldados de una unidad de comando, mientras que seis más quedaron heridos, al posar el helicóptero Black Hawk en un campo minado.

El mandatario que ayer visitó la localidad de Garzón, en el departamento del Huila, para inaugurar el viaducto más largo de Colombia, explicó que "el helicóptero no fue derribado" sino que una mina hizo explosión cuando tocó tierra. Para el presidente, "cualquiera que sea la versión de los hechos, la versión correcta, por supuesto de ninguna manera exonera a la guerrilla de ese vil asesinato de estos cuatro héroes de la patria".

Explicó que el Ejército investiga el hecho para saber "exactamente lo que pasó" pues existen dos teorías: una que guerrilleros pusieron una mina la noche anterior y la hicieron explotar debajo del helicóptero de manera remota, y otra que se trata de un artefacto viejo que se activó cuando aterrizó el aparato. "A esa área llegaron días atrás miembros de nuestro Ejército, de nuestras Fuerzas Especiales, y aseguraron el área (...) Este era el sexto helicóptero que aterrizaba y sucedió lo que todos conocemos", añadió.

El Ejército atribuyó ayer el hecho a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), con las que el Gobierno negocia la paz en Cuba, pero Santos no se refirió en particular a ningún grupo guerrillero ya que en la zona operan también el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y un reducto del Ejército Popular de Liberación (EPL).

Ante esa situación, Santos reiteró que su orden al nuevo ministro de Defensa, Luis Carlos Villegas, que asumió ayer, y a los mandos militares, es que "aquí hay que arreciar la ofensiva militar hasta lograr esa paz".

Recordó que desde el pasado 22 de mayo, cuando las FARC suspendieron el cese el fuego unilateral, "más de 280 miembros de la guerrilla han sido neutralizados, entre ellos diez cabecillas de importancia". "Esa ofensiva hay que mantenerla, señores generales, ustedes saben que esas son las instrucciones", puntualizó.





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